SETENTA. LA PARANOIA DE SHANE

—Jordyn, gracias por todo. No sé cómo serían nuestras vidas, la de Avery y la mía, sin ti.

—Me alegra poder ayudarte y ser útil. Esto es todo lo que puedo hacer como amigo.

—¿Estás bromeando, verdad? —Cammila le dio un ligero golpe en el hombro.

Ambos miraron la casa de una planta con un jardín y...