NOVENTA Y CUATRO. LA REDENCIÓN DE SHANE

—¿A qué hora sale tu hermana del trabajo?

—Usualmente a las seis o siete si tiene que hacer inventario en el almacén.

—Está bien. Tenemos unas dos horas.

—¿Perdón, tenemos? —preguntó Cammila escéptica.

—Ya no hay un nosotros. Estás por tu cuenta. No tengo nada que ver con tus asuntos. Así que lléva...