Capítulo 131

Las palabras atravesaron a Romano, pero se obligó a esbozar una suave sonrisa.

—Lo sé, Ariel. Y lo siento. Pero no puedo dejarte ir. No todavía.

—No puedes hacer esto, Romano —sollozó Ariel, apartándose de los brazos de Alessandro.

—No estoy haciendo nada, nena —dijo Romano, levantándose del sofá...