Capítulo 144

—Bueno, él no está ni loco ni es indiferente. Está allí con ella, solo que ella no lo sabe —dijo Romano.

Ariel suspiró aliviada, estaba a punto de decir algo cuando la puerta de entrada sonó, alguien había entrado.

—Hablamos luego, acaba de entrar alguien. Te quiero —dijo, terminando la llamada.

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