La posesión de la mafia: capítulo 45

Los ojos de Alexander ardían de furia, amartilló la pistola, a punto de apretar el gatillo.

—¡No! Por favor, no la mates —gritó Jacqueline y corrió, colocándose entre Alexander e Ivana, la criada.

Alexander fulminó con la mirada a Jacqueline, que se interponía en su camino. Su mandíbula se endurec...