Calma el alma

Amelia

—¿Cómo, Kane? —pregunto de nuevo, sin obtener respuestas y cada vez más enfadada—. ¿Cómo pudiste hablar dentro de mi mente? Y ya que estoy haciendo preguntas, ¿cómo es que te desplazas tan rápido entre estas manadas? Debería tomarte días.

Lo miro fijamente mientras Nathan nos observa en sil...

Inicia sesión y continúa leyendo