Capítulo cuarenta y siete

La mañana siguiente llegó, proyectando una luz pálida en el interior de la nave. Todavía estábamos atrapados en el hiperespacio, un reino de realidad surrealista y distorsionada que se había convertido en nuestro hogar temporal. Al salir de la litera, encontré a los demás ya despiertos, una sensació...