Capítulo 67

Yo estaba encandilada, ya les digo, ardiendo en fuego. Saifullah estaba provocativo, majestuoso y lucía demasiado masculino como para poder resistirme. Sucumbí, entonces, inerme a su estampa tan de macho alfa que terminamos haciendo el amor como lobos hambrientos, devorándonos mutuamente en la cabi...

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