Entre reinas

DAPHNE

Me quedo sin aliento, sentándome sobre mis patas traseras. —¿Q-qué? Aquini dijo que debía mantenerlo en secreto. Dijo que no debía dejar que nadie lo supiera. —T-te equivocas, majestad.

Ella se ríe, luego levanta una mano hacia Klyesque. —Déjanos, polilla del río.

Puedo ver a Klyesque ...

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