CAPÍTULO 35

Darius

—Lo encontré, estaba en la carretera —gritó ella y luego se detuvo en seco.

Si ella lo encontró, ¿entonces de quién era el perro que enterramos?

—¡Cerberus, ven aquí! —lo llamé y, efectivamente, saltó de las manos de Marlene y comenzó a correr hacia mí. Miré a Kenzie, quien se agachó y lo ...