CAPÍTULO 38

Darius

Estaba teniendo el mejor sueño. Caminaba por una playa, McKenzie estaba a mi lado, tan hermosa como siempre y sonriendo. Cuando miré hacia abajo, alguien estaba sosteniendo mi dedo. Un niño pequeño, con ojos verdes como los míos, y cabello castaño y rizado. Esta era mi vida. No quería dejarl...