CAPÍTULO 43

Darius

—Darius, por favor, me duele.

—Lo siento, cariño, no me moveré.

Me incliné y tomé su pezón en mi boca. La urgencia de follarla me consumía, pero no quería lastimarla más de lo que ya estaba. Limpié las lágrimas que escapaban de sus ojos y la sostuve cerca de mi corazón. Usé mi pulgar para ...