CAPÍTULO 51

McKenzie

Cuando desperté, estaba sola. Miré la hora y eran las dos de la tarde. ¿Por qué no me despertó? Me senté y entonces me di cuenta del porqué. Tenía un dolor de cabeza terrible. Me levanté, me duché y bajé las escaleras. Estaba todo en silencio, encontré a Marlene en la cocina.

—Buenos días...