CAPÍTULO 55

Darius

Cuando llegamos a casa y Marlene me vio, empezó a llorar.

—Estoy bien, Marlene. Necesito comer y luego hablaremos —dije dirigiéndome a la cocina.

Me senté a comer y los miré en la sala. Joder, ella vino por mí, vino a buscarme. Cuando levanté la vista y la vi, sus ojos tenían intención de ...