CAPÍTULO 60

McKenzie

Cuando desperté, estaba sola en la cama. Me di una ducha y bajé. Los encontré mirando la televisión. En cuanto me vio, se acercó y me besó.

—Buenos días, cariño, ¿estás bien? ¿No te duele nada? —preguntó.

—Estoy bien, Darius —dije, sonriéndole.

—Bien, ¿por qué no vas a desayunar? —dijo,...