Las fauces

El perfume que provenía desde adentro de la biblioteca me reconfortó. Una mezcla de vainilla y canela intensas.

Noté que la mujer me miraba con desaprobación, pero no me decía comentarios hirientes, sino que se limitó a estar en silencio, sentada en una de las sillas, esperando por si yo necesitaba ...

Inicia sesión y continúa leyendo