Una cálida bienvenida

—¿E...estás segura, querida? Sé que no te gusta que te diga esto... pero mi casa está abierta para ti... no hay necesidad de que vayas a otro lugar cuando estoy aquí —fue una bendición y mi suerte ser amada por una mujer tan maravillosa y al escuchar la oferta de la señora Smith, me conmovieron sus ...

Inicia sesión y continúa leyendo