33.

—ELLA—

Pasan un par de días y él no aparece. Esto empieza a hacerme sentir agitada, aunque no quiero aceptarlo.

No podía deshacerme de la sensación de culpa que a veces me quitaba el sueño por la noche. Aunque cuando el cansancio me saluda por la mañana, me queda la duda de si la culpa es legítima...

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