49.

—ÉL—

Una enorme sonrisa aparece instantáneamente en sus labios mientras se inclina y me roba un beso. Es tan rápido que no alcanzo a reaccionar.

—Tienes que dejar de hacer esto —no pude evitar fruncir el ceño.

—¿Por qué? ¿No te gustan? —pregunta mientras frota su pulgar sobre el dorso de mi mano....

Inicia sesión y continúa leyendo