159

—No. Para mí, eres perfecta —dice encogiéndose de hombros, esta vez dejando mis pies suavemente en el suelo para poder rodear mi cintura con sus brazos y levantarme de nuevo a su altura. Aprieto mis brazos alrededor de su cuello mientras se inclina para darme un beso apasionado, esta vez más intenso...

Inicia sesión y continúa leyendo