33.
El sol se colaba por el gran ventanal que toda la noche se había quedado abierto. El cantar alegre de las aves se escuchaba, quizás, más armoniosamente que otros días, y ambos sabían cuál era la razón de ello.
—Buenos días, mi musa — saludaba Cedric animadamente mientras apreciaba con todo su coraz...
Inicia sesión y continúa leyendo

Capítulos
1. 1.
2. 2.
3. 3.
4. 4.

5. 5.

6. 6.

7. 7.

8. 8.

9. 9.

10. 10.

11. 11.

12. 12.

13. 13.

14. 14.

15. 15.

16. 16.

17. 17.

18. 18.

19. 19.

20. 20.

21. 21.

22. 22.

23. 23.

24. 24.

25. 25.

26. 26.

27. 27.

28. 28.

29. 29.

30. 30.

31. 31.

32. 32.

33. 33.

34. 34. 


Alejar

Acercar