Capítulo 24. Por mi culpa murieron.

Kostantin sintió como la rabia se desbordó de él como si se tratara de la lava de un peligroso volcán en plena actividad, tomó a Simón por el cuello, lo arrastró hasta pegarlo contra la pared más cercana, totalmente enloquecido comenzó a golpearlo, era golpe tras golpe. El hombre pensó, de manera er...