Duodécima parte

Malachi se sentó en su oficina, mirando el contrato sobre su escritorio. Cerró los ojos y se frotó las sienes con los dedos. Se sentía insuficiente y era una sensación que odiaba. Su hijo estaba sufriendo y no había nada que pudiera hacer para ayudarlo.

Le había advertido a Karani, le había dicho q...