Parte dieciséis

Cuando entré en nuestra casa, Karani estaba de pie en la cocina, la tetera hirviendo en la estufa, pero parecía no darse cuenta.

—Mamá, ¿estás bien? —La sobresalté y ella dio un pequeño salto antes de apagar el gas.

—Sí, estoy bien. ¿Cómo te fue en la escuela? —La sonrisa en su rostro me reconfortó ...