Libro 4, parte 31

Miré mi reloj de nuevo mientras estábamos acostados en la cama. Charlotte aún dormía. Era sábado por la mañana y casi las 5 a.m. Me giré y comencé a darle golpecitos en el hombro con mi dedo.

—Déjalo —gruñó.

Me reí, y empecé a darle golpecitos en el hombro otra vez. Ella se alejó de mí, y sonreí.

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