Capítulo XXIX

Lluvia

Tatiana se va, y Caleb me mira. Entierro mi rostro en el hueco de su cuello, y él acaricia mi espalda.

Safia sale a la superficie, olfateando a Caleb. Cuando se asegura de que Caleb y Raven están bien, se sienta y observa a nuestra alma gemela.

—¿Estás bien? —dice Caleb, y yo niego c...