CXXV

CXXV

Se agacha hasta quedar en cuclillas, de modo que está mirando directamente debajo de mi falda.

—Tan jodidamente bonita —murmura justo antes de acercarme a su cara. Toma una profunda respiración, como si intentara absorber hasta el último rastro de mi aroma. Mis pezones se endurecen con el mov...

Inicia sesión y continúa leyendo