Capítulo treinta y siete

Brooklyn

Lo primero que recuerdo es el frío. No la noche. No la carrera. No el vidrio roto ni la punzada de las astillas de madera ni la sensación de la nieve como cuchillos contra mis pies. Solo el frío. Es como si se hubiera metido en mis huesos y congelado desde adentro hacia afuera.

Estoy acurr...

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