Capítulo cincuenta y dos

Jackson

Me despierto porque me duele el cuello como el infierno. Debo haberme quedado dormido sentado otra vez. El sofá cruje cuando me muevo, y toda mi espalda se siente como si alguien me hubiera golpeado con un bate.

Pero vale la pena, tener a Brooklyn acurrucada junto a mí toda la noche.

Miro h...

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