CAPITULO 24

En la mañana los rayos del sol iluminaron tres cuerpos cansados de tanto sexo, Rosario observaba a sus amantes rusos, les acariciaba sus pollas sonriendo y diciendo.

—Estos rusos de mierda saben follar rico, mejor voy a tenerlos a los dos juntos, es mejor así, pero debo irme, adiós

Se fue deja...