CAPITULO 59

Ay por Dios, mis ojos se abrieron más al ver esa escena candente en la cama, estaban haciendo un sesenta y nueve perfectos y yo parado allí observándolos, quería moverme y no podía, mi hija chupándole la polla a Alessandro y allí vi el tamaño era grande parecida a la mía no me cabía en mi cabeza de ...