CAPITULO 89

Cuando escuche esa palabra salir de la boca del doctor, mi mundo se cayó a pedazos, no pude soportarlo, porque me levante para gritar

—¡Noooo! No es posible, Nicolay no puede estar muerto. Dígame, doctor que se equivocó, por Dios, ¡Dígalo!

El doctor me observaba triste, algo iba a responderme,...