Capítulo 35. La molestia de Dante.

Dante

El pasillo olía a pólvora y mentiras. Apreté el teléfono contra el oído, la quinta llamada fallida a mis contactos. Nada. Ni rastro de Trina en los registros de vuelo, ni en los muelles, ni en las cloacas donde solíamos esconder a los traidores. El zumbido del tono de espera se mezcló con ...