Capítulo 36. Sangre contra sangre.

Izan

No vi venir el cabezazo hasta que el crujido del impacto resonó en mis oídos.

El dolor me estalló en la frente como una bomba. Retrocedí un paso, sintiendo la sangre caliente, resbalarme por la ceja. Dante no estaba jugando.

Le lancé una mirada cargada de odio, limpiándome la sangre con el ...