Capítulo 41. La voluntad quebrada.

Trina

El frío del suelo de concreto se filtraba a través de mi ropa rasgada, pegándose a mi piel como una segunda capa de miseria. Llevaba tres días encerrada en aquella celda, tres días en los que el tiempo se había vuelto una tortura lenta y agonizante.

El olor a humedad y podredumbre era co...