Capítulo 42. Sabes elegir bien, pajarito.

Trina

—Nadie te tocará de nuevo —siseó, su voz, un susurro cargado de promesas oscuras—. Lo juro.

Pero yo no quería sus juramentos, no los creía, tampoco deseaba su protección. Lo único que quería era venganza. Vengarme de él por todo lo que me había hecho, por todo lo que me había quitado. Y D...