Capítulo 46. ¿Cuánto valía su palabra?

Trina

Me quedé sentada en la cama, con la vista clavada en la puerta rota, sintiendo una mezcla de rabia e incertidumbre. Sabía que había jugado con fuego, que mis palabras habían sido un desafío directo, pero no me arrepentía.

No le iba a dar el poder de doblegarme.

Aun así, el miedo se instal...