Capítulo 49. Dilo o me detendré aquí mismo.

Trina

La oscuridad era mi única compañera. La venda sobre mis ojos me mantenía sumergida en un mundo sin forma, donde cada sonido, cada roce, se convertía en una amenaza.

Podía olerlo. Estaba segura de que era Dominic, aunque se negara a hablar. Su aroma a cuero y colonia cara se mezclaba con ...