Capítulo 51. No saldrás viva de aquí.

Elizaveta.

El frío del bosque se clavaba en mis huesos, pero no era nada comparado con el hielo que Dante dejaba caer sobre mí con cada mirada, cada palabra. Corríamos entre los árboles, nuestras pisadas, aplastando hojas secas y ramas caídas.

El sonido de nuestros pasos resonaba en la noche...