Capítulo 7: Día de entrenamiento

Akai:

El cegador amanecer, atravesando la única maldita grieta en las cortinas, me hizo gemir ante la pila humana de piernas y brazos enredados.

Desplazando lentamente el hombro y la cabeza de Nikola de mi brazo derecho, mientras sacaba mi pierna izquierda de debajo de la extraña bola contorsionad...