Capítulo 47

Me apoyé contra mi coche al salir, bajándome el sombrero, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

No se suponía que debía estar aquí. Quería respetar su razón para no querer vernos, pero, por Dios, sentía que me estaba volviendo loco, como si estuviera perdiendo la cabeza.

Había ped...

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