Roberto

—Gracias por el baile, Jess —dijo él, y ella hizo una reverencia.

Al retroceder, vio cómo sus ojos depredadores seguían cada uno de sus movimientos. Estaba confundida por su interés en ella y esperaba que solo fuera su imaginación jugándole una mala pasada.

Era una práctica común que los hombres c...

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