Las estrellas se alinean perfectamente

Las manos de Jess estaban sudorosas mientras sus nervios volvían una vez más, solo que esta vez con toda su fuerza y no porque temiera perder su trabajo, sino porque acababa de besar a su jefe. La audacia de unos momentos atrás se desvanecía en el aire, dejándola vulnerable a sus emociones como una ...

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