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De regreso al hotel, el silencio en el auto no duró mucho. Lila miraba hacia la nada desde el asiento del copiloto, mientras Ethan rompió la quietud.

—Así que por esa razón estabas un poco extraña, actuando diferente, y por eso vomitabas. Estabas más débil, incluso tenías mareos. Creí que estabas e...

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