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Valeria se giró hacia Marlon, sus ojos fijos en él, llenos de reproche.

—¡Te lo dije, Marlon! ¡Te lo dije! —exclamó Valeria, su voz apenas un susurro cargado de furia contenida—. ¡Sabía que esa mujer tramaba algo! Fingiendo ser una santa, que no le interesaba nuestro hijo, ¡y mira! ¡Embarazada de t...

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