Capítulo 55

Mirando mis dedos ensangrentados, veo los moretones alrededor de mis muñecas y mis labios se separan cuando noto las esposas colgando del cabecero.

—Era para que no lo marcáramos— dice Lexa somnolienta, acercándose.

—¿No quiere que lo marquemos?— le pregunto, sintiendo un nudo en el estómago al pe...