Capítulo 22 El jardín del olvido

El primer paso fue un descenso.

No había suelo bajo mis pies, ni viento, ni horizonte, solo un vacío denso y tibio que respiraba conmigo. Cada latido hacía vibrar el espacio, y en cada vibración sentía su voz.

“El amor nunca fue una jaula… fue la llave.”

—Cael —susurré, buscando su sombra, su eco...

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