Capítulo 28 El rostro del deseo

El cielo ardía.

Las constelaciones giraban como espirales encendidas, y el aire estaba cargado de un silencio imposible.

El universo, mi creación, me miraba.

Y en su mirada, había hambre.

La sombra que había surgido del vacío avanzó con lentitud. No tenía forma definida: era fuego y agua, carne y...

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