Capítulo 36 El precio del amanecer

El sol aún no había terminado de levantarse cuando Elara comprendió que algo dentro de ella estaba muriendo.

No era el cuerpo —ese seguía respirando, caminando, sintiendo el peso de la vida humana—, sino el hilo invisible que la unía al mundo.

Cada día, su reflejo en el río era más pálido.

Su som...

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