*CAPÍTULO 22*

*Estaba en una habitación tan oscura que lo único que podía distinguir en la negrura era la cabeza dorada de Malcolm y su piel acechando sobre mí en la oscuridad. Él brillaba, su piel emitía la luz de una brasa, como un ángel vengador o un demonio flotando sobre mí. Era vagamente consciente de que n...